Monterrey, ampliamente reconocida como la capital industrial de Nuevo León, no siempre ha ostentado este título de manera continua. Durante un breve período en el siglo XIX, los tres poderes de gobierno de la entidad se establecieron en un punto al sureste del estado: el municipio de Linares.
Este traslado temporal fue resultado de la Intervención estadounidense en México en 1846, un conflicto que no dejó a Nuevo León al margen. En septiembre de ese año, tropas estadounidenses lideradas por Zachary Taylor, quien más tarde se convertiría en presidente de su país, invadieron Monterrey. La ciudad fue escenario de una feroz batalla de tres días entre las fuerzas estadounidenses y mexicanas, lideradas por el general Pedro Ampudia. A pesar de un armisticio inicial, un ataque sorpresa y feroz por parte de las tropas de Taylor forzó la rendición de las fuerzas mexicanas, obligando al gobernador de Nuevo León, Francisco de Padua Morales, a trasladar su administración a otras localidades.
Inicialmente, la administración se estableció en municipios como Galeana y Doctor Arroyo, e incluso llegó a Matehuala en enero de 1847. Sin embargo, el 23 de diciembre de 1847, los tres poderes del estado se asentaron definitivamente en Linares.
En las casas consistoriales de Linares, se convocaron elecciones para el VII Congreso constitucional del Estado y para elegir al nuevo gobernador de Nuevo León. El 1 de enero de 1848, se instaló formalmente el Congreso en Linares, y José María Parás, oriundo de Montemorelos, fue elegido como gobernador.
Mientras tanto, en Monterrey, el general estadounidense Zachary Taylor había nombrado a varios gobernadores provisionales, que administraron la ciudad hasta la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo el 2 de febrero de 1848, que puso fin a la intervención estadounidense. El 4 de mayo de ese mismo año, los tres poderes del estado regresaron a Monterrey.
La Batalla de Monterrey fue un evento crucial que permitió al ejército estadounidense avanzar hacia el centro de México y finalmente tomar el Castillo de Chapultepec en septiembre de 1847.
Linares, el municipio que temporalmente albergó al gobierno estatal, se encuentra en la región sureste de Nuevo León, en la zona citrícola, conocida por sus cultivos de cítricos. Con una población de poco más de 80,000 habitantes y una extensión territorial de 2,445 kilómetros cuadrados, Linares está ubicado a 128 kilómetros de Monterrey, un viaje que toma aproximadamente una hora y 40 minutos en automóvil. El municipio fue catalogado como Pueblo Mágico por el Gobierno de México en 2015, en reconocimiento a su riqueza histórica y cultural.