La vida personal del fundador de Monterrey, Diego de Montemayor, estuvo marcada por polémicas y tragedias que quedaron registradas en la historia, pero que pocas personas conocen. Montemayor, una figura clave en la historia de Nuevo León, es recordado principalmente por fundar Monterrey en 1596, pero su vida privada ha suscitado interrogantes y controversias que han perdurado con el tiempo.
Nacido en 1530 en Málaga, España, Diego de Montemayor llegó a la Nueva España en 1580, donde ocupó importantes cargos políticos y militares. Fue alcalde mayor de Saltillo y gobernador del Reino de Nuevo León, un vasto territorio que abarcaba partes de lo que hoy son los estados de Nuevo León, Coahuila y Texas.
Sin embargo, su vida personal estuvo envuelta en escándalo. Montemayor se casó tres veces. Su tercer matrimonio, con Juana Porcallo, fue el más polémico. Según documentos históricos, Porcallo tuvo una relación extramarital con Don Alberto del Canto, quien fue también gobernador de Nuevo León. Montemayor, al descubrir la infidelidad, asesinó a su esposa con su propia espada en un acto de venganza. A pesar de los hechos, el Virrey de la Nueva España lo exoneró, ya que en la época el asesinato por honor no era castigado por la ley.
Tras el incidente, Montemayor regresó a Monterrey con su hija Estefanía y continuó su vida pública hasta su muerte en 1611. Sin embargo, la controversia no terminó ahí. Estefanía se casó con el mismo Don Alberto del Canto, el amante de su madre, lo que añade otra capa de complejidad al legado familiar de Montemayor.
Hoy, la figura de Diego de Montemayor sigue siendo importante en la historia de Monterrey, pero su vida privada refleja las costumbres y normas de una época muy diferente, recordándonos cómo han evolucionado las leyes y los valores en los últimos 400 años.
