El 7 de mayo de 1824, el Nuevo Reino de León se transformó en Nuevo León, Estado Libre y Soberano, marcando su integración en la naciente República Federada de México. Este cambio fue un hito significativo en la historia de la región, que, junto con otros 19 estados y cuatro territorios, se independizó de la Nueva España para formar parte de una nueva nación.
Dos historiadores de la entidad, Óscar Tamez y Héctor Jaime Treviño, han compartido sus perspectivas sobre este trascendental acontecimiento. Tamez, ex presidente de la Sociedad Nuevo León de Historia, explicó la diferencia entre la conmemoración del 7 de mayo y la fundación del Nuevo Reino de León por Luis Carvajal y de la Cueva en 1579. «En 1579 se le concede a Carvajal la capitulación, que equivaldría a una escritura, para establecer el Nuevo Reino de León. Este nombre se mantuvo hasta 1824, cuando el territorio pasó a formar parte de la República como Nuevo León, eliminando el término ‘Reino'», comentó Tamez.
Este cambio de nombre reflejó la transición del territorio de una provincia de la Colonia española a un estado integrante de una República autónoma y libre. Sin embargo, Tamez aclaró que el cambio fue solo nominal, ya que el territorio permaneció sin alteraciones significativas.
El historiador Héctor Jaime Treviño destacó el papel crucial de Fray Servando Teresa de Mier, diputado federal por Nuevo León, quien promovió la autonomía del estado. Inicialmente, se había propuesto la formación del Estado Interno de Oriente, que incluiría a Tamaulipas, Texas, Coahuila y Nuevo León. Sin embargo, el temor a que esta región se independizara como otro país llevó a que cada uno de estos territorios se convirtiera en un estado independiente.
Treviño resaltó la importancia de Fray Servando Teresa de Mier como el principal impulsor del Estado Libre y Soberano de Nuevo León. Además, subrayó la relevancia de figuras como José María Morelos y Pavón, primer legislador federal de la entidad, José Francisco Arroyo, impulsor de la Constitución de 1825, José María Parás y Ballesteros, primer gobernador electo, y Manuel María de Llano, primer político opositor.
Treviño también hizo un llamado a reconocer el papel fundamental de las mujeres en la historia de Nuevo León. Desde la época de Diego de Montemayor, las mujeres han sido clave en la defensa y desarrollo de la región. Entre ellas, destacó a Josefa Zozaya, quien luchó contra los norteamericanos, y Andrea Villarreal, quien participó en la Revolución Mexicana desde la intelectualidad. Treviño concluyó que es esencial que la historia reconozca y honre a las mujeres que han dejado una huella significativa en la historia de Nuevo León.