La zona metropolitana de Monterrey, Nuevo León, se posicionó en 2023 como la región con los precios de venta de vivienda más altos en todo el país, alcanzando una mediana de 5 millones 500,000 pesos, según datos proporcionados por Intelimétrica, empresa perteneciente al ecosistema proptech Clau Group. Este incremento en los precios refleja la fuerte demanda y el alto valor percibido de residir en una ciudad en pleno auge económico.
El crecimiento del sector inmobiliario en Nuevo León ha estado estrechamente vinculado con la relocalización de empresas, una tendencia conocida como nearshoring, que se ha intensificado tras la pandemia. Este fenómeno ha potenciado la vocación industrial del estado, atrayendo a un mayor número de empresas y, con ellas, a una creciente cantidad de profesionales y familias que buscan establecerse en la región. En 2023, Nuevo León albergó 22 de las 100 empresas con mayores ventas en México, consolidándose como el líder nacional en la captación de compañías que buscan proximidad con Estados Unidos.
Este escenario ha generado un mercado dinámico para la renta y venta de propiedades, especialmente en áreas como Monterrey, Apodaca, Escobedo y Pesquería. De acuerdo con Clau Group, los jóvenes profesionales han mostrado una clara preferencia por la vivienda vertical, optando por departamentos bien ubicados cerca de sus lugares de trabajo, en lugar de grandes unidades residenciales alejadas.
La Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) 2022 también señala que casi la mitad de la población de Nuevo León se encuentra en el rango de 20 a 49 años, un grupo demográfico económicamente activo con necesidades específicas de vivienda. Esta población prioriza la cercanía a sus trabajos y la disponibilidad de servicios, factores que están modelando el mercado inmobiliario local.
El análisis de Clau Group destaca que el auge inmobiliario en Monterrey no es un hecho aislado, sino el resultado de una combinación de factores económicos, demográficos y estratégicos. La industrialización del estado, sumada al impacto del nearshoring, ha convertido a la capital de Nuevo León en un polo de atracción tanto para inversionistas como para nuevos residentes. Estos elementos en conjunto seguirán definiendo la evolución del mercado inmobiliario en los próximos años, haciendo de Monterrey una ciudad cada vez más dinámica y competitiva.